En las teorías de la evolución se consideran diferentes factores que influyen en nuestro desarrollo como especie. Signo de los tiempos, un nuevo elemento es Internet. Gracias a la red de redes hemos experimentado no solo cambios en el modo de vincularnos sino que también se observan nuevas formas de pensar que Darwin sólo pudo soñar.

De acuerdo a la doctora Betsy Sparrow – investigadora de la universidad de Columbia - la mente de la generación Z (nacidos de 1996 al 2000), y parte los influenciados digitales (la generación Y, que va de 1982 a 1995) presenta una “optimización” en las funciones del hipocampo, sector del cerebro muy importante para la memoria. Este cambio se debería a que las nuevas generaciones vienen transfiriendo buena parte de esta operación a lugares online como Wikipedia, Yahoo Answers y muchas otras páginas web dispuestas a compartir información cuando la necesitamos. Es por esto que los nativos digitales recuerdan mejor direcciones de páginas web antes que la información en sí. Antes que acordarse un número telefónico, saben donde está registrado. 

Este fenómeno muestra una tendencia a generar una memoria colectiva al alcance de un Smartphone. Pero así como cuando uno pierde la vista, los oídos se agudizan; de esa misma manera el cerebro ha optimizado otras funciones con la potencia liberada de este ejercicio. La generación Z presenta un fenómeno mucho más interesante, la oscilación de la actividad entre los dos hemisferios del cerebro. Mark Prensky infiere que, mientras una persona de otras generaciones utiliza un hemisferio del cerebro a la vez (hem. izq. lógica o hem. der. creatividad), los jóvenes de la generación Z, y parte de la Y, intercalan ambos hemisferios para pensar. Es decir, se mantienen creativos y lógicos a la vez, lo que les permite manejar situaciones y problemas de una forma distinta y mejorada, pero a la vez generan los “famosos” síndromes de baja atención. Esto sería producto de la socialización en Internet y la neuroplasticidad humana. Estando expuestos a gran cantidad de información artística y creativa pero a la vez estructurada de forma lógica, el cerebro de los jóvenes ha desarrollado una serie de peculiaridades dignas de grandes genios como Albert Einstein. Como si esto fuera poco, la utilización de las redes formula un ambiente de co-creación y fomenta el trabajo en equipo. ¿Es este el paso previo a alcanzar a la singularidad de Von Neumann? Aún no lo sabemos, pero lo cierto es que Internet está cambiado mucho más que sólo nuestra forma de informarnos, interactuar o comprar, está transformando nuestra forma de procesar aquello que llamamos realidad. 

Publicado por el diario Gestión en Marzo 2017

Por Gonzalo Abad

CEO de GRAM